MANIFIESTO 12 de mayo en Sevilla

Hoy hace casi un año del 15 de Mayo, el  día en que miles de personas  decidimos unirnos y tomar  las calles para gritar a quienes gobiernan  que ya estamos hart@s de que trabajen para entidades financieras, los mercados y la banca. Hart@s de que pretendan engañarnos con unos falsos programas electorales que mantienen falsas promesas solo hasta alcanzar el poder tras las elecciones. Hart@s de la impunidad con que incumplen sus compromisos con la ciudadanía sin ningún tipo de verguenza.
Hace un año. Y un año después siguen sin querer entender el mensaje. En sólo en 100 días el nuevo Gobierno ha traicionado punto por punto las buenas palabras con que engatusó al electorado y ha redoblado las políticas de restricción y austeridad iniciadas por el gobierno anterior, imponiendo nuevas medidas antisociales como el abaratamiento del empleo y la destrucción de los derechos laborales, la privatización y los recortes en sanidad y educación,la precarización de la investigación…y ahora busca criminalizar la protesta social de quienes exigimos nuestro derecho Constitucional a manifestarnos contra unas politicas descaradamente injustas e injustificables.
El efecto de dinamitar todos estos pilares fundamentales para una sociedad de progreso y equilibrada es exáctamente el opuesto al que predican. Estas medidas han sido justificadas por la necesidad de hacer frente a la crisis, sin embargo, según los datos del INE el desempleo no ha parado de aumentar llegando a la escandalosa cifra de 5 millones 639 mil 500 personas, el 35’9% de los hogares  afirma que no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos, el 21’8% de la población se encuentra por debajo del umbral de la pobreza, y el 26’1% de la población llega a fin de mes con grandes dificultades. Desde arriba nos acusan de haber vivido por encima de nuestras posibilidades pero las deudas de las familias españolas no están vinculadas al consumo de productos de lujo, sino al gasto por cubrir necesidades elementales como son la vivienda, la alimentación, los gastos farmaceúticos y la educación.
Mientras se ha declarado amnistía fiscal para las grandes fortunas, el repago farmaceutico y sanitario, la eliminación de servicios de asistencia básicos para las personas dependientes, el aumento de las tasas universitarias y la reducción de becas significan reducción del aporte del Estado a los gastos sociales, es decir, redistribución del destino de nuestros impuestos del sostenimiento del bienestar social al pago de la Deuda Soberana, que no es otra cosa que subvencionar a la Banca su endeudamiento causado por la especulación descontrolada.
Mientras los gobiernos nos piden “apretarnos el cinturón” aprueban suculentos rescates al sector financiero de billones de euros (el gobierno socialista inyectó 15.000 millones a la banca, y el actual planea hacer otro tanto, 30.000 millones, de Euros, el doble de los recortes que la sanidad y la educación vienen sufriendo en los últimos años. El ahorro producido por los escolares en clases abrarrotadas, los universitarios sin beca y con matrículas más caras, los pensionistas sin medicinas, los inmigrantes sin asistencia sanitaria, los profesores despedidos, o sin tiempo para investigar, los investigadores sin trabajo, la subida de impuestos – y todos los daños colaterales de todas estas medidas- no llegará para pagar la mitad del dinero inyectado a la banca. Desde esta plaza les decimos claramente:  ¡No aceptamos pagar esa Deuda!
No aceptamos pagar una crisis causada por los grandes intereses, los mismos que defraudan por miles de millones a Hacienda, los mismos que mercadean con el Derecho a la vivienda y a la salud. No aceptamos más sonrisas hipócritas de quienes dicen querer lo mejor para nosotr@s desde sus poltronas cargadas de privilegios autoconcedidos. Y no vamos a quedarnos de brazos cruzados.
Poner coto a los paraísos fiscales, al fraude de las grandes empresas, a la especulación de la banca internacional…es cuestión de voluntad política. Crear una banca pública que sí permita financiar a pequeños empresarios y familias es cuestión de voluntad política. Frenar la dramática oleada de deshaucios, acabar con el circo del margen de intereses en el precio del dinero, es cuestión de voluntad política. Sabemos que la igualdad, la educación de calidad, la cobertura sanitaria universal y la participación ciudadana en la toma de decisiones son imprescindibles para una sociedad saludable. No estamos dispuest@s a renunciar a ellas.
Hoy debemos luchar para que la indignación colectiva no se desborde transformada en ira destructora y para lograr canalizarla de forma constructiva y transformarla en escudos de protección mutua contra la avalancha de tijeretazos a nuestros derechos sociales, personales y nuestra dignidad. Para transformarla en estrategias que nos permitan detener definitivamente la brutal ofensiva neoliberal y avanzar en el camino de un mundo más justo y humano.
En un mundo globalizado, es necesario globalizar la igualdad y la justicia social. Existen los recursos  y tenemos los medios para que el 99% de los ciudadanos del mundo vivamos con dignidad y sin explotación. Porque es cuestión de voluntad política y porque es posible, no estamos dispuest@s a renunciar a ello.
Seguimos en pie, autoorganizados y tejiendo una red de apoyo mutuo cada vez más fuerte. Todxs estais invitadxs a formar parte, a aportar vuestros conocimientos y capacidades, por poco que creais que puede ser. Durante este año el 15M ha desarrollado una red social ciudadana que se extiende por cada barrio y pueblo en forma de asambleas y comisiones de trabajo, (¿enumeramos aquí las asambleas más activas y/o numerosas a modo de ejemplo? ) las cuales llevan a cabo una labor desinteresada de información y formación con el objetivo de generar un nuevo modelo de vida y de consumo, basado en la solidaridad y el respeto mutuo, así como el respeto al medio natural. Como ejemplo podemos señalar el trabajo de los compañerxs de Vivienda, que están dando cobertura jurídica y apoyando a cientos de familias desahuciadas que habrían quedado completamente desamparadas. Durante todo este año se han desarrollado talleres y debates en cada barrio, y distintas iniciativas nos invitan a practicar nuevos modelos de consumo; huertos ecológicos, monedas locales como el Puma, mercados de trueques, bancos del tiempo. Construir comenzando por nosotrxs mismos un cambio global de mentalidad y de quehacer es el trabajo más importante que realizamos las personas participantes en las asambleas y grupos de trabajo del 15M, más allá de cualquier imagen mediática.
A los gobiernos que fuerzan políticas antisociales no les gusta que los ciudadanos protesten. Mucho menos, que se organicen. Saben que somos los únicos que podemos poner fin a sus desmanes. Saben que la legitimidad en la que se escudan no es autentica.Los números ya aportan una pista: por ejemplo,de 37 millones de electrores solo 11 votaron al actual partido de gobierno. Pero eso, aunque injusto, no es lo que les resta legitimidad. Eso es el resultado de una ley electoral que no nos gusta.
Lo que torna ilegítimas sus acciones es que millones de ciudadanos les votaron  cuando decían que no iban a tocar las pensiones, ni la sanidad, ni la educación ni subir los impuestos. Ningún gobernante puede tener un cheque en blanco durante cuatro años para manejar de espaldas a la ciudadanía. Eso, no es democracia.
Nos preguntamos, ¿legislar contra los intereses de los ciudadanos, a sabiendas de que beneficiamos los intereses de unos pocos y perjudican al 99% es constitucional? ¿no es enjuiciable según el código penal?¿¿porqué??
Un año más tarde seguimos exigiendo una auténtica democracia. El Estado de Derecho y los Derechos Humanos nos respaldan. Tenemos derecho a manifestarnos y reunirnos de forma pacífica y el código penal impone sanciones a quien lo prohiba. No van a conseguir amedrentarnos. Hacemos un llamamiento a jueces, abogados y a ciudadanos relacionado con el ámbito del derecho a que nos ayuden a defender los derechos civiles. Exigimos a la Fiscalía que actúe de oficio contra las prácticas ilegales del aparato del Estado, como es su mandato constitucional, comenzando por las relacionadas con la brutalidad en la represión de derechos. Hacemos un llamamiento a todos los ciudadanos a que lean y debatan la Constitución y nuestro entorno legislativo.
Desde esta noche, y hasta el día 20 de Mayo, celebraremos aquí unas jornadas continuadas de reflexión y debate, con el objetivo de recapitular el trabajo realizado este año y construir lineas de trabajo más potentes para los próximos meses.

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