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“¡La residencia no se cierra!”
Con nuestra salud, nuestra educación y nuestros derechos ¡no se juega!
Hace algunas décadas (no tantas que no podamos imaginar) tenía que pedir limosna para poder llevar a su hermano enfermo al médico. Eran los tiempos de la sanidad privada, en el que las personas sin recursos tenían pocas opciones excepto depender de la caridad individual o la pública, a través de la beneficencia. A día de hoy, la mujer que cuenta su experiencia frente al micrófono en las Setas se declara una “indignada total”, que mira atónita cómo la sociedad da pasos agigantados hacia atrás, olvidando los derechos que tanto esfuerzo costó conseguir.
Testimonios como este fueron sucediendo el pasado 18 de septiembre en la concentración celebrada en la Plaza del 15-M por la defensa de los servicios públicos. La convocatoria lanzada a nivel estatal por el 15-M en varias ciudades del país no pudo ser más oportuna, pues coincidía con la manifestación de la Asamblea de Montequinto en protesta por el cierre de la Residencia de Mayores en esta localidad.
El cierre de esta residencia adaptada para ancianos y grandes dependientes es, como explicaron miembros de la asamblea, un “desahucio de 184 ancianos” que deberán abandonar su casa en pro de la especulación del terreno. Se trata de un ejemplo paradigmático de las consecuencias del retroceso del Estado del Bienestar. La merma en los recursos destinados a los servicios públicos hace inviable su mantenimiento tal y como lo hemos conocido hasta ahora. Los efectos, como ya se está viendo en Cataluña o en Madrid (donde profesores, padres y madres de alumnos se manifiestan estos días en defensa de la educación pública) no pueden ser más claros: una disminución de profesionales del sector público, pérdida de puestos de trabajo, disminución en la calidad de estos servicios (a consecuencia de lo anterior) y, finalmente, una progresiva desaparición de lo público y el consecuente aumento de lo privado.
La concentración celebrada en las Setas (donde se reunieron más de 200 personas) fue una sucesión de ejemplos en distintos sectores. Varias personas relataron cómo el ámbito de la educación ya sufre recortes desde hace tiempo. Tanto en la educación primaria como en la secundaria, comentaban varios profesores y profesoras, el número de trabajadores ha disminuido y hay, por tanto, más alumnos por profesor (lo cual dificulta la calidad de la enseñanza). También se han reducido los recursos físicos, que se nota con crudeza en los institutos.
¿Cuál es la consecuencia clave de todo esto? Las familias con recursos llevan a sus hijos e hijas a centros privados o concertados, mientras que, quienes no tienen posibilidades económicas, permanecen en una enseñanza pública cada vez más degradada, no por la falta de profesionalidad o calidad de su profesorado, sino por la asfixia económica a la que se le somete. Esto es, en toda regla, una violación “del derecho de igualdad”, apostillaba un ponente.
La sanidad es otro sector golpeado con fuerza. Recuperando el testimonio de aquella ciudadana “totalmente indignada”, cabe recordar que el acceso universal a la sanidad es, como garantía del derecho a la salud, una de las piezas claves de todo Estado Social y de Derecho. Una apuesta difícil si, como ocurre en la atención primaria (contaba un profesional del sector) se reducen los efectivos humanos y materiales. Todos estos fenómenos se están dando con carácter similar en otros sectores como el judicial (donde la sobrecarga de trabajo ya ha sido denunciada por la magistratura) o el de la Policía (aunque a la hora de los desahucios o de reprimir manifestaciones no se vea tan claro…)
Lo flagrante de esta situación, según subrayaron con vehemencia varias de las personas asistentes al acto, es que mientras se pierden puestos de trabajo en lo público, se pierde calidad y acceso en áreas básicas como salud o sanidad, millones de euros se van por el desagüe de guerras multimillonarias, de la evasión fiscal de las grandes fortunas (a través de sociedades como las SICAV), de la insuficiente lucha contra los paraísos fiscales o del sustento de costosas instituciones como la Monarquía.
Por todo ello, las personas concentradas el pasado 18 de septiembre reclamaban seguir tomando las calles para defender el derecho a unos servicios públicos de calidad, para todos y todas las ciudadanas. Los trabajadores y trabajadoras de la Residencia de Montequinto y familiares de los internos gritaban: “¡Con los ancianos no se juega!” De aquella concentración salía otro clamor: “Con nuestra salud, nuestra educación y nuestros derechos, tampoco”, de ahí el eslogan que coronaba la misma: “¡Banqueros y políticos, quitad vuestras manos de nuestros servicios públicos!”
(Ve las imágenes de la concentración)
17 S: contra la imposición neoliberal, debate y acción pública
Sin pecar de un exceso de optimismo, bien se podría decir que el acto de ayer fue la antesala al “otoño caliente” que se presenta en el ámbito político y social. Las escaleras de las Setas, escenario de fotografías ya inolvidables en el imaginario del 15-M, mostraron de nuevo el color de variopintas vestimentas y carteles decorando la plaza. Pese a que un verano en el que “los políticos han trabajado excepcionalmente” (como apostillaba uno de los participantes en el debate) nos regala numerosos motivos de descontento, el objeto de debate de ayer fue la tristemente famosa reforma constitucional. El proyecto ya ha sido aprobado en el Congreso y el Senado, de modo que la inclusión del techo de gasto en la Carta Magna sólo podría enfrentarse, como mucho, a un referendum popular si el número de congresistas y senadores necesarios lo demandan antes del 23 de septiembre.
Las cartas están echadas y ya conocemos el ganador en esta partida, pero ello no es óbice para que el pueblo haga lo que en el proceso de reforma se la ha prohibido: debatir, expresarse y mostrar su voz. Con este objetivo, el encuentro comenzó con una charla ofrecida por el profesor universitario y miembro del 15-M, José Luis Moreno, quien propuso tres puntos para tratar en el debate, que se podrían sintetizar en ‘modo’ (procedimiento de la reforma”), ‘contenido’ (la filosofía neoliberal subyacente a la misma) y ‘reacción’ (qué respuestas dar desde la sociedad civil):
En cuanto al primero, la reforma “parece” una imposición del Banco Central europeo, dijo el ponente. El secretismo y la celeridad con que se ha desarrollado el acuerdo bipartidista han sido las notas dominantes, junto la “necesaria” exclusión de la ciudadanía y de su participación. Al evitar el debate público se elimina un ingrediente esencial de la política, que es la reflexión colectiva, la argumentación documentada, el tiempo para que cada cual forme su opinión. Por el contrario, la técnica escogida ha sido presentar a Zapatero como el “héroe de Estado” que debe tomar decisiones difíciles y dolorosas para salvar el país, renunciando a sus principios en pro del bien común.
Pero ¿qué bien común? ¿Es bueno para la sociedad creer que el Estado podrá ingresar más o lo mismo que el gasto público siempre y en toda situación? Puede que lo sea, si se es partícipe de la filosofía neoliberal que esconde la reforma y que se basa en creer que todas las necesidades humanas (a las que un Estado debe responder) se pueden medir en términos económicos. Es ésta la filosofía de la mercantilización de la salud, la educación, el bienestar. Y es está la que lleva a que lo que no sea ‘rentable’ en términos económicos y en el corto plazo sea eliminado del espacio público, o sea, privatizado. Así está ocurriendo, por ejemplo, en Cataluña y en Madrid (por cierto, en contra de este ataque a lo público hay hoy, 18 de septiembre, manifestaciones en toda España convocadas por el 15-M.) Todo este debate corresponde al contenido de la reforma y, según el profesor Moreno, se reduce a que nos planteemos qué tipo de Estado queremos: un Estado Social que intervenga en la economía para garantizar el bienestar de la población o, por el contrario, un Estado Liberal en el que cada cual “se ocupe de sus problemas”.
Por último, y para dar entrada al debate, el ponente interrogó el tipo de respuesta que la sociedad civil debe ofrecer. Concretando en el 15-M, el profesor opina que es necesario definir más el discurso, olvidando la idea de que “todo enemigo de mi enemigo es mi amigo” y entrando en debates que hasta ahora se habían ignorado por ser conflictivos. Dentro de esta reflexión, cabe preguntare qué tipo de propuestas se pueden hacer en la coyuntura actual, pensando, una vez, en el modelo de Estado (o de gestión de lo público, para ser más abstractos) que queremos defender.
Luchar en diferentes frentes, concienciación y difusión
Con un poco de recelo al principio (hablar en público siempre causa impresión) el debate se fue sucediendo frente al micrófono. Entre los temas que se tocaron, los puntos más comunes fueron varios. La reforma constitucional es un golpe fuerte y doloroso pero no es el único que nos han dado y, más aún, ha servido como cortina de humo tras la cual nos han ‘colado’ otros palos, como la última reforma laboral que precariza aún más las condiciones del trabajo. Por ello, hay que seguir desarrollando el debate sobre todos y cada uno de los temas que van mermando nuestros derechos y libertades.
Para este fin, es necesario, como apuntaba Moreno, definir el debate, madurar las ideas, acercando el 15-M a la sociedad a través de los problemas que cada día asolan a la ciudadanía. En este sentido, es importante reforzar la concienciación de la sociedad (hacerle ver que la política sí es asunto de todos y todas, que sí influye en la vida de cada persona) y hacerlo reforzando la formación de la ciudadanía, dando herramientas de empoderamiento.
Debate, formación, concienciación y, por supuesto, no perder la fuerza que el 15-M obtuvo mediante el carácter masivo de las primeras manifestaciones. Es necesario recuperar esta fuerza de impacto, que ayuda a despertar la conciencia colectiva y a levantarnos de nuestros asientos.
Tras el debate, la concentración concluyó con cantos y eslóganes ya famosos. Entre ellos, “banqueros a la cárcel” venía muy a cuento, pues al acto se sumaron las personas que se contrentraron frente a la sede del Banco de España durate el “Occupy Wall Street” sevillano. La canción que más animó el ambiente fue una versión del “Pena penita pena” cada vez más elaborada y que hace del humor su herramienta de ataque. Al final, llamamiento colectivo, hay que seguir tomando las plazas, esto no ha hecho más que empezar.
Crónica del ERE en Teleperformance
La comisión laboral del 15m lleva todo el verano apoyando la lucha de las trabajadoras afectadas por los EREs. Esta es la crónica de los últimos acontecimientos.
Desde la sección sindical del sindicato minoritario de Teleperformance Los Arcos, se decidieron posponer los paros convocados para el dia 7 de septiembre. Esta decisión la tomaron justo el día anterior, después del SERCLA, ya que los sindicatos mayoritarios han llegado a un pre-acuerdo con la empresa en relación al ERE. El jueves 8 de septiembre se hizo un referéndum en el que las trabajadoras dieron su opinión para ver si aprobaban, o no, este pre-acuerdo, siendo apoyado por 227 personas (68%) y rechazado por 105 (32%), con una participación del 87,36% (había 380 personas y votaron 332). Esto trae como consecuencia que la empresa presentará el ERE en la autoridad laboral con el acuerdo que firmarán los sindicatos mayoritarios.
Las condiciones, hasta ahora, del pre-acuerdo son:
245 compañeros a la calle (45 días por año de indemnización), 50 de ellos de carácter “voluntario”; en caso de que los voluntarios sean mas, la empresa se compromete a aceptarlos. Si no fuera posible se constituirá una comisión de análisis (entre empresa y sindicatos mayoritarios) para ver cómo se podría llevar a cabo ese criterio de voluntariedad.
Plan de reducción voluntaria, quiere decir que las afectadas por el ERE se reducirán en función de la reducción de horas voluntarias por parte de las trabajadoras no afectadas por el ERE.
Plan de acompañamiento social: ofrecimiento del 50% de vacantes generados en los dos centros de Sevilla a las trabajadoras afectadas, con una duración de 9 meses; para vigilar que esto se lleve a cabo se creará una comision de seguimiento que verifique que esta medida se cumple.
¡Se Puede, Se Debe, Luchar Contra los EREs!
¡NO PASARÁN, MÁS EREs!
El Parlamento se llena de debate.
Desde el 31 de agosto una acampada permamece en la mediana frente al Parlamento como acto de protesta a la reforma constitucional.
Sevilla ha acogido a personas de otras zonas: Málaga, Almería, Cáceres, Huelva… y se han estado poniendo en común las diferentes experiencias, iniciativas y formas de trabajo de las provincias.
Almería propuso una gran fiesta concentración para el 17 de septiembre en su ciudad y así aprovechar para realizar un encuentro interprovincial y poner en común estrategías y reivindicaciones andaluzas. Esta propuesta habrá que bajarla a los barrios y ver si se lleva a cabo.
El viernes la coordinadora de barrios y pueblos se trasladó y celebró su asamblea en el lugar dónde se encuentra la acampada en vez de en las setas.
Después de que los barrios, pueblos y comisiones informasen del trabajo y las iniciativas llevadas a cabo la última semana, se creó un ágora dónde se estuvo debariendo sobre los diferentes aspectos y consecuencias de la reforma laboral, la reforma de la constitución, la iniciativa legislativa popular y el significado del techo de gastos de deuda pública que ha impuesto el gobierno.
Durante estos días han pasado cientos de personas por el parlamento y se ha notado la vuelta de muchos de las vacaciones.
Septiembre es un mes que se presenta cargado de acciones, toma de decisiones y mucho debate y autoformación sobre asuntos que nos afectan, pero que nos resultan desconocidos.
Hoy domingo finaliza la acampada y a las 20:00 h habrá un ágora organizada por la comisión de debates del 15m (recientemente creada) y dónde se seguirá profundizando sobre temas que nos preocupan y ocupan.
“Contra la reforma constitucional hecha por los mercados”
Con el eco de las manifestaciones previas en otras ciudades del país, y mientras el candidato socialista hacía maratón para convencer a las filas de su partido, Sevilla tuvo ayer su jornada de protesta contra la implantación del techo de déficit público en la Constitución. El menú de día (compuesto por una sesión de mañana, otra de medio día y la última, al caer la tarde) estaba compuesto por ingredientes básicos: información, para dar a comprender a la ciudadanía qué significa y en en qué afecta la reforma planteada; debate, para ejercer el derecho a la reflexión y el diálogo que la actuación de los poderes públicos han negado, y, por último, mucho espíritu crítico para intentar ver más allá de las frases simples con que nos intentan presentar esta medida como “inevitable” (las consabidas: “En tiempos de crisis, esta es la única opción posible”, “Nos lo manda la Unión Europea y no tenemos alternativa”, “La deuda es mala y eso ya lo hemos comprobado” etc).
El primer plato comenzó a las 12 de la mañana. Unas decenas de personas, integrantes de comisiones del 15-M como la de Acción y Extensión, o de asambleas como la de Montequinto (que llevó algunas protestas propias de gran calado), se presentaron ante las puertas de los jardines del Parlamento para montar los puestos de información y debate que habían preparado. Tras la inicial sorpresa (los jardines estaban cerrados a cal y canto porque, según pudieron averiguar, los guardas del Parlamento tenían ordenes ante la concentración anunciada), la alternativa fue montar la infraestructura frente a la verja de los jardines, ya en plena calle. Los asistentes traían preparados varios folletos informativos y material para elaborar pancartas y carteles con que “decorar” el escenario y llamar la atención sobre los puntos claves de la protesta.
¿La Constitución de los mercados?
Uno de los más llamativos, colocado a modo de “cabecera” de la concentración, rezaba: “No a la reforma constitucional por los mercados”. El lema resume la esencia de la reivindicación: un plano de rechazo a una reforma pensada, no para ayudar a la ciudadanía en tiempos de crisis, sino para calmar a los mercados e inversores internacionales. Como ya se había debatido desde días anteriores, los efectos de esta medida se presentan nefastos para la justicia social: recorte en el gasto público (más si cabe), escaso margen del Estado para invertir en el sector público y, en consecuencia, una puerta abierta a la privatización de sectores claves como la sanidad o educación y la desaparición progresiva del Estado.
La mañana transcurrió tranquila, con una afluencia de personas en torno a las treinta o cuarenta personas. Entre otras acciones, se repartieron ejemplares del modelo de Instancia para solicitar a la Administración pública la celebración de un referéndum sobre la medida. Esta acción, a iniciativa de la Asamblea de Montequinto, anima a todas las personas a rellenar la instancia para presentar la demanda ante las instituciones. Se hace a nivel individual, pero presentada en grupo (concentrando un gran número de solicitudes) adquiere un carácter simbólico de peso. En este sentido, la mayoría de las solicitudes cumplimentadas durante la mañana se presentaron en el Parlamento de Andalucía, y las que no fueron entregadas (por falta de tiempo) quedan reservadas para una posterior entrega.
Al apretar el sol del medio día, algunas personas hicieron un receso para la comida, otras se quedaron en el lugar y otras tantas acudieron a la Calle Primavera, donde una pareja se enfrenta a un desahucio y a agresiones por parte de los dueños del local. Sin tiempo para mucho descanso, a las cuatro de la tarde comenzó una asamblea (atendida por varias decenas de personas) sobre los mismos temas, relacionados con la política social, la economía y el concepto de democracia. Durante más de dos horas de reunión, sus participantes demostraron una vez más que ni el insistente calor de finales de agosto es óbice para la recuperación del ágora callejera.
De palabras y emociones
Esta plataforma de debate participativo se erigió en el núcleo de la concentración, convocada para las ocho de la tarde. Para romper la tradición sevillana de llegar siempre con un margen de retraso, antes de la hora prevista un numeroso grupo ya se agolpaba tras la pancarta principal para participar en el “micro abierto” (una buena costumbre que se ha hecho tradición en las acciones del 15-M en toda España). El círculo conformado por decenas de personas (a las que se fueron sumando otras durante más de una hora hasta alcanzar las seiscientas que asistieron a la concentración) tenía un color variopinto. Jóvenes, adultos de mediana edad con o sin empleo y jubilados que, ajenos a la vorágine laboral, también sufren los envites de la situación vigente y rechazan lo que se ha bautizado ya como “reformazo”.
La participación en torno al altavoz fue, de este modo, diversa. Algunas intervenciones se centraban en el objeto de la protesta, y mostraban conocimiento sobre lo que implica la reforma constitucional, abriendo así el debate, con acuerdos y desacuerdos, sobre las medidas posibles. Uno de los puntos tratados es la paradoja entre limitar la deuda pública y fomentar, en cambio, la privada (aquella que atosiga a las familias, individuos y pequeñas empresas). ¿Por qué, si es la deuda privada un elemento esencial de la crisis, se ataca por otro bando? En opinión de un participante, resulta que “los servicios públicos están generando una competencia desleal a los mercados” (una frase con cierta ironía) y por este motivo, imponer un techo de deuda “sería una batalla ganada para el capital” porque, de este modo, el sector privado se asegura “hacerse cargo de los servicios públicos que el Estado no puede sostener”. Una de las consecuencias de la privatización es que tales servicios (como la sanidad, educación y otras necesidades básicas) “se convierten nuevamente en mercancía” y dejan de ser derechos.
Otras participaciones tenían un discurso más general, o canalizaban las emociones de los asistentes y transeúntes al participar en un momento de activismo social que también tuvo hueco para problemas concretos que se dan en estos momentos. Así, la Asamblea de Montequinto explicó el próximo cierre de un centro de asistencia. “El mayor centro de España adaptado para personas con necesidades especiales”, explicaba una integrante de la asamblea.
Con debates llenos de contenido y reivindicación, la concentración se prolongó hasta aproximadamente las nueve y media. Los discursos motivaban, en ocasiones, cantos y eslóganes que ya forman parte de este periodo de lucha social: “Lo llaman democracia y no lo es”, “Que no, que no nos representan…”